``Déjame en mis manos y te enseñaré la alegría del hombre...'' Lo afirma todo, con su mirada bondadosa y triste. Labios pegajosos que chupan la polla lenta y cuidadosamente. Una lengua gruesa se envolvió firmemente alrededor de la polla. Piel clara, blanca y suave, un trasero regordete que se pega a la mano y piernas largas y delgadas. Y luego un coito suave e intenso.