“¿No vale la pena vivir con tu tío?” ! Simplemente no tuve más remedio que encargarme de ello... ¡aunque casualmente me despidieron...! Ah, ya estoy enojado. Distrayámonos masturbándonos. Puse una pastilla para dormir allí y, antes de darme cuenta, ¡aré su coño y vertí todo el esperma en mi palacio! Al mismo tiempo, apreté el descarado castaño.