Encontré a Rena, una oficinista recién graduada, en un sitio de citas, la compré una noche y jugué con ella todo lo que quise en mi casa. Reina, que llegó empapada por la lluvia, tiene unos pechos enormes y un trasero enorme que no te imaginarías por su apariencia tranquila. Ella me miró con una mirada sospechosa que podría interpretarse como desprecio. No me importa, así estoy más emocionado. Un viejo sucio, un viejo pervertido... Cuanto más pienso en él, más crece mi deseo. I