Miki caminaba con dificultad, perdiendo en el juego de pachinko como de costumbre, cuando un hombre que no conocía de repente la llamó. Sedujo a Miki con sus hábiles palabras y poco a poco se involucró en una relación de dinero y cuerpo. Desde el día en que comenzaron su relación, la suerte de Miki mejoró y entró en Emperor Time. Hoy volveré a sujetar el volante mientras me bañan en el semen de un hombre que no es hombre.