Mi marido, que no me abrazó ni siquiera cuando lo invité, me estaba engañando. No pude perdonar porque lo creía. Decidí invitar a mi amiga Mika a un bar y pedirle que escuchara mis quejas. Terminé bebiendo demasiado y, antes de darme cuenta, estábamos solo Minagawa, la empleada, y yo en el bar. Minagawa-kun me cuidó porque me encontraba inestable... y me invitó a un hotel. Está bien si es sólo una vez... Lo seguiré.