Cuando Misaki Kanna trabaja sola a altas horas de la noche, aparece un enorme ladrón de tiendas de conveniencia y de repente es violado. Mientras no hay clientes, mientras contesta el teléfono, toma descansos, etc., se ve obligada a correrse una y otra vez en intervalos cortos. Aunque Misaki se muestra reacia, el pistón de la gran polla del ladrón se siente incomparablemente mejor que el de su marido, y poco a poco se siente tan complacida que eyacula... Semilla con verga inigualable