Cuando descubrí que mi jefe, An, y el presidente de la empresa tenían una relación romántica, ¡An me llamó! Aparentemente, solo estaba tratando de que me lo follara una vez y luego me callara, pero cuando fuimos al hotel, se dio cuenta de que yo era masoquista y ¡le hizo gracia! A partir de ese día parece haberse enganchado a tener sexo conmigo, súper masoquista, y aunque tiene una amante llamada presidenta de la empresa, decidió tenerme como mascota.