La hermana mayor tenía unos pechos abrumadores. El repentino bulto en su pecho que no puede ocultarse con la ropa y la tenue sombra de su areola que se ve a través. ¡¡Sí!! ¿Sin sostén? Mi entrepierna ya es sucesora de lo imposible y extraordinario que llegó a mi vida cotidiana... Como ella no es consciente de ello, en cierto sentido muestra audazmente sus voluminosos pechos. Empecé a masajear la leche espesa.