Esa encantadora brecha de una chica en uniforme... No puedo evitar querer tocar sus muslos blancos y transparentes que se asoman desde su falda corta. Quiero poner mi polla dura y erecta sobre mis muslos regordetes y manchar mis limpias medias hasta la rodilla con semen turbio... Eimi Fukada, la pequeña niña diabólica que hace realidad todos los deseos de los hombres japoneses He estado mirándome durante un mucho tiempo ¿Verdad?. ¿Apenas puedes ver?