Iroha tiene el corazón roto tras la muerte de su marido. Preocupado por Iroha, el subordinado de su marido llega a la casa de Iroha. Un subordinado que está preocupado por Iroha. Incapaz de resistir, ataca a Iroha. Su deseo aumenta y ataca a Iroha incluso frente a la fotografía del fallecido. Iroha calla su voz frente a la foto del difunto, pensando que es malo para su marido, pero se convierte en prisionera del palo de otra persona...