Un hombre y una mujer se devoran los labios nada más entrar al hotel. No hay necesidad de diálogo ni dirección. Todo lo que se necesita es el deseo sexual sin fondo de dos personas que buscan con avidez el cuerpo del otro... Ella chupa la polla temblorosa que acaba de eyacular y, en respuesta, inserta su polla agrandada. Me corro con los cinco sentidos. ¡El sexo continuo definitivo y sin fin ya está aquí!