Ayaka estaba preocupada por su carrera profesional. Quiero ir a la educación superior. ...Pero no quería cargar a mi madre, que todavía trabajaba duro, con las tasas de matrícula, que no eran nada baratas. En ese momento, Umeda, el líder de la clase, se le acercó para hacerle una recomendación. Una esperanza que inesperadamente se abrió... Sin embargo, la condición que puso Umeda fue el cuerpo juvenil de Ayaka.